jueves, 30 de mayo de 2013

Las letras mayas: Popol Vuh


“De todos los pueblos americanos, los quichés de Guatemala son los que nos han dejado el más rico legado mitológico. Su descripción de la creación, según aparece en el Popol Vuh, que puede llamarse el libro nacional de los quichés, es, en su ruda y extraña elocuencia y poética originalidad, una de las más raras reliquias del pensamiento aborigen."

Adrián Recinos 

La literatura más representativa de la cultura maya es la historia o crónica cosmogónica, ya que, el principal interés del pueblo parece haber sido el de explicar sus orígenes mediante fábulas, mitos y símbolos, y así dejar el registro de su historia como civilización fundadora de un estricto orden social, político y religioso. Los dos mayores monumentos que para los mayas representaban como Biblias de las constelaciones mitológicas sobre el mundo aborigen antes de la conquista española, son dos, el Popol Vuh y el Chilam Balam. Estos libros pueden ser leídos como documentos de la imaginación proliferante y la mentalidad de nuestros antepasados americanos; pero, no son "libros" orgánicos son más bien, palimpsestos o recopilaciones, misceláneas, que condensan diferentes tiempos históricos y eso es gracias al trabajo de traducciones e interpretaciones a partir de antiguos códices. Los códices mayas se escribían sobre un material llamado amate.

El Popol Vuh es considerado el libro sagrado del pueblo Maya Quiché, su contenido explica el origen del universo y la creación de los primeros hombres de maíz, así como también se relataba la historia de todos los soberanos.

Los dos términos que conforman el nombre de la biblia de la comunidad maya tienen significados destacables:

Popol: Palabra maya que significa reunión, comunidad, casa común, junta.

Vuh: Libro, papel, árbol de cuya corteza se hacía el papel.

Se desconoce con certeza el autor original de este libro, pero si se sabe que la primera interpretación de los relatos que constituyen el Popol Vuh fue escrito por un nativo quiché que aprendió a leer y escribir en español. Él escribe las leyendas y tradiciones de su pueblo, adoptando el alfabeto latino.

Sin embargo, al analizar el contenido del Popol-Vuh nos damos cuenta de que el autor del libro original tenía una formación académica superior por su completo dominio de la literatura; es muy probable que no la aprendió de los invasores españoles y que de ellos aprendió únicamente el idioma español.

Según Francisco Ximénez, la versión original del libro permaneció oculta hasta 1701 que fue cuando la gente local, decide mostrarle la recopilación de su mitología localizad en Chuilá Chiavar (hoy Chichicastenango).

Debido a su importancia, en términos cosmogónicos, mitológicos y literario fue trasladado a la Universidad de San Carlos de Guatemala. De aquí, por desgracia el sacerdote y misionero Charles Etienne Basseur de Bourbourg, sustrajo el libro de la universidad, lo envía a Europa, luego hace una publicación en francés bajo el título de "Popol Vuh, Le livre Sacré et les mythes de l'antiquité Américaine". Traducido “Popol Vuh, el libro de los mitos sagrados de los antiguos americanos” hasta el momento el libro se encuentra en la Biblioteca Newberry, Chicago, Estados Unidos de América.

El Popol Vuh representa un rescate o revelación de la antigua palabra, que contiene ya el saber hermético de los mayas, es un complejo recuento de sus genealogías y las hazañas de su civilización. El material reunido en el libro es heterogéneo y, más que organizado, yuxtapuesto en una estructura con secuencias cuya lógica interna no siempre es fácil de reconocer.

La fusión de los tiempos divino y humano es inextricable y complica la lectura. Pero es posible percibir una gradación en el proceso de la creación divina. El narrador en un pasaje en donde se refiere al ciclo de creaciones del género humano, invita de alguna manera a preguntarnos, cuánto tiene de relación con la tradición cristiana de la biblia: "Finalmente, los hombres de madera fueron destruidos. Entraron en consejo Corazón del Cielo y enviaron un gran diluvio que los destruyó a todos; a los varones de madera de corcho, que se llamaban tzité, y a las mujeres, que estaban hechas del corazón de la espadaña y se llamaban zibac; y esa fue la voluntad del Creador..."( Popol Vuh, Cap. II, pág. 24, Ediciones Libertador).

Estructura del libro sagrado maya

El libro Popol Vuh se divide en cuatro partes: la PRIMERA es la descripción de la Creación y del origen de los hombres; la SEGUNDA se refiere a las historias de los semidioses Hunahpu (maestro mago) y Xbalanque (pequeño brujo o brujito), en un tiempo anterior a la creación de los hombres, y habla de la lucha ente el bien y el mal; la TERCERA cuenta la creación de los hombres de maíz y describe la vida del pueblo quiché; y la CUARTA es la descripción de su genealogía hasta los últimos reyes asesinados por los conquistadores españoles.

Puede considerarse que el Popol Vuh ofrece, a la vez, un testimonio de las creencias y leyendas sobre el origen quiché, y del temprano mestizaje que esa cultura sufrió con la evangelización española.

Al traducirlo y comentarlo, el padre Ximenéz no desaprovechó ninguna oportunidad para acercar la teología quiché a la revelación cristiana. Lo que es de origen indígena es la concepción dual del mundo divino: los dioses creadores son generalmente parejas que corresponden a dualismos observados en el mundo natural (sol y luna, luz y tinieblas, hombre y mujer)."...Queremos saber si será posible que este nuevo hombre nos invoque, nos alabe, ensalce nuestro nombre y se acuerde también de ustedes y que, siendo nuestro hijo, nos invoque llamándonos Hunahpu Vuch (maestro mago del alba), Hunahpu Utiu (maestro mago del día); nos dé el nombre de gran pizote (tapir), el de las hojas, el que posee trono de majestad, el de las riquezas, el de la verde jícara, el del verde plato, abuelo del sol y abuela de la luna."(Popol Vuh, Cap. II, pág.23, Ediciones Libertador).

Del tiempo más remoto y oscuro de los orígenes el texto pasa a la historia del orden sagrado, con sus dinastías de dioses que destruyen su propia creación en castigo por los pecados de esos seres, y de allí a la aparición del pueblo quiché, sus vicisitudes y su desarrollo civilizador, que es bruscamente interrumpido con la venida del hombre blanco, que se menciona en el capítulo final, dedicado a registrar la descendencia de los reyes y señores quichés; al llegar a la duodécima generación de los originarios Balamquitze. "Los reyes Cotuha y Cucumatz y Quicab Cabizimah aumentaron la grandeza del reino Quiché. Estos fueron señores muy valientes y esforzados e hicieron grandes hazañas. Cucumatz fue el primero en engrandecer el reino del Quiché."(Popol Vuh, Cap. XIX, pág.120, Ediciones Libertador).

Pese a que el valor del libro es sobre todo antropológico, la belleza lírica y la grandeza de visión que encontramos en varios pasajes le otorgan un alto valor literario: "Oh, tú, hermosura del día; tú, dador de nuestra gloria; y tú también, dador de nuestros hijos e hijas, mueve y vuelve hacia aquí tu gloria y haz que vivan y se críen nuestros hijos e hijas, y que aumenten y se multipliquen tus sustentadores y los que te invocan en el camino, en los ríos, en las barrancas debajo de los árboles y mecates; y concédeles que sus hijos e hijas no encuentren ninguna desgracia e infortunio ni sean engañados, que no tropiecen ni caigan, ni sean juzgados por tribunal alguno...¡ Oh, tú, Corazón del cielo y de la tierra! ¡Oh, tú, envoltorio de gloria y majestad! ¡Tú, Tohil, Awilix, Hacawitz, vientre del cielo, vientre de la tierra! ¡Oh, tú, que eres las cuatro esquinas de la tierra, haz que haya paz en tu presencia!".(Popol Vuh, Cap. XIX, pág.119, Ediciones Libertador).

Contenido

La sección más leída y más interesante es la primera. Ahí se relata el origen del mundo (mito cosmogónico), hecho por los dioses. Primero existe la oscuridad y el silencio. Los dioses celebran consejo y determinan, por medio de la palabra.

*Separación del agua para que se pueda crear el agua:"-Salga el agua y deje lugar para que aparezca la tierra y de este modo se aclarará el cielo..."(Popol Vuh, Cap.II, pág.20, Ediciones Libertador).

* Crear la vegetación y los accidentes geográficos: “Primero fueron creados la tierra, los montes y los llanos, los caminos del agua se dividieron y salieron muchos arroyos por entre los cerros..."(Popol Vuh, Cap.II, pág. 20, Ediciones Libertador).

* Crear los animales: "después de esto, decidieron crear a los animales: al venado, al pájaro, al león, al tigre..."(Popol Vuh, cap. II, pág. 20, ediciones Libertador)

* Crear al hombre para tener seres que los adoren como dioses: "-¡Probemos otra vez a hacer una criatura que podamos alimentar y que nos invoque y alabe..."(Popol Vuh, Cap.II, pág. 22, Ediciones Libertador)

* La creación del hombre (mito antropológico) es un poco compleja. Hay dos intentos que fracasan y luego se produce la creación definitiva.

Hombre de barro: se deshace, no tiene razonamiento, no adora a los dioses. Lo destruyen: “Entonces tomaron lodo y formaron un cuerpo de barro..."(Popol Vuh, cap. II, pág. 22, Ediciones Libertador).

Hombre de madera: es un poco más inteligente, tienen hijos e hijas, pero no adoran a los dioses. Son castigados por sus propios utensilios y animales domésticos y convertidos en monos (aquí hay un mito sobre el origen de los monos)."Y luego al punto fue hecha de madera la imagen del hombre, y este se multiplicó, tuvo hijos e hijas..."(Popol Vuh, Cap.II, pág.23, Ediciones Libertador).

La segunda parte tiene como protagonistas a dos semidioses muy traviesos: Maestro Mago (Hunahpuh) y Brujito (Xbalanqué), los gemelos hijos del dios Supremo Maestro Mago y una princesa maya, “La de la sangre” (Xquiq). Ellos se enfrentan con el dios extranjero Principal Guacamayo y juegan a la pelota con los dioses del infierno, Xibalbá, a quienes vencen y logran que descansen en el mundo de los muertos. Los mitos de esta sección tienen que ver con costumbres de este pueblo (mitos etiológicos):"Hunahpu se subió al árbol y le tiró un bodocazo a Ucub Caquix con la cerbatana; le dio en una quijada y lo hizo caer dando gritos al suelo. Viéndolo así, Humahpu fue a auxiliarlo y Ucub Caquix lo tomó de un brazo y se lo arrancó del hombro, con lo cual Hunahpu lo soltó."(Popol Vuh, cap. IV, pág. 29, Ediciones Libertador).

*Las enfermedades y la muerte.

*El juego de pelota, que tenía un significado religioso para los mayas.

*El origen del sol, la luna y las estrellas.

*El hombre de maíz: es la creación definitiva. Al traer el maíz y otros alimentos, los hombres son rellenados con granos de maíz, esto les da la sabiduría necesaria para adorar a los dioses, por lo que reinan en la tierra.

Personajes

En todo mito, los personajes son los dioses, que, en general representan fenómenos de la naturaleza. En el Popol Vuh los dioses son entidades colectivas: Los Dominadores, Los Formadores, Corazón del Cielo, Los Engendradores, Los Procreadores, Maestro Mago del Alba, etc. (Tepeu, Gucumatz,

Muchos dioses tienen nombres que tienen que ver con la magia, ya que los pueblos primitivos tienen una mentalidad mágico – religiosa.

Los otros personajes son los ya nombrados: Maestro Mago, Brujito, Principal Guacamayo, los dioses de Xibalbá y por supuesto, el hombre.

Estructura interna

Sigue un orden cronológico, propio de toda narración.

Punto de vista del narrador

En el preámbulo, se distingue un narrador colectivo en primera persona “nosotros”, la voz colectiva del pueblo maya. "Aquí escribiremos y relataremos las historias antiguas..."(Popol Vuh, cap. I, pag.17, Ediciones Libertador).

En el resto de los textos que integran el libro, los relatos se desarrollan en tercera persona como un narrador omnisciente. “El mar estaba suspenso, el cielo estaba sin haber algo que hiciera ruido; no había cosa alguna que no fueran el mar y el agua, que estaban en calma."(Popol Vuh, cap. II, pág. 19. Ediciones Libertador).

Espacio y Tiempo

El pueblo maya estaba asentado en la península de Yucatán (México) y en Guatemala, es decir, en la región del Caribe, por eso algunos nombres de dioses hacen referencia a fenómenos de la naturaleza propia de esa región: Huracán, Gigante de la tierra, hacen referencia a cadenas montañosa, a volcanes, a terremotos, etc. “El primero fue Caculha Huracán (maestro gigante relámpago), el segundo se llamaba Chipi Caculha (huella del relámpago) y el tercero era Raxa Caculha (esplendor del relámpago )..."(Popol Vuh, Cap.II, pág. 19, Ediciones Libertador).

El tiempo es anterior al tiempo, es un tiempo mítico, el tiempo sagrado de los dioses.

Recursos Literarios

Se detecta el uso de fórmulas como “Así contaron” que tiene la finalidad de dar al oyente o al lector la sensación de algo que se conoce desde siempre, que no fue inventado, sino patrimonio de la sabiduría del pueblo.

Además, se reconocen paralelismos que contribuyen a dar un tono de sentencia y solemnidad: “No había nada que estuviera de pie...No había nada dotado de existencia”. “Todo era formación, todo vibraba en la oscuridad, en la noche”.

Las reiteraciones son otro recurso: “He aquí la primera historia, la primera descripción”. Y también las enumeraciones como en el siguiente ejemplo extraído de la obra: “En seguida fecundaron a los animales de las montañas, guardianes de todas las selvas, los seres de las montañas: venados, pájaros, pumas, jaguares, serpientes, víboras”.

El maíz: El centro del universo maya

En la creación del mundo maya se relata cómo todo estaba tranquilo, silencioso, obscuro, sin vida ni color, sólo existía el cielo y un mar tranquilo. Antes de todo, existían dos dioses, Tepeu y Gucamatz, la madre y el padre de la creación. Ellos formaron la Tierra, el mar y los animales; sin embargo deseaban que hubiese un ser para adorarlos. Fue entonces cuando los dioses decidieron crear al hombre.

“Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado y vacía la extensión del cielo. Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas, ni bosques: sólo el cielo existía [...] Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad […] De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios. Así contaban. Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre […]” (Recinos, 1976).

Pero para que existiese el hombre los dioses pensaron que debían crearle un ambiente propicio, para romper con la monotonía de una masa líquida.

“[…] Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, como se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.

— ¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe (el espacio), que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana el hombre formado. Así dijeron. Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra:

— ¡Tierra!, dijeron y al instante fue hecha.

Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas.

Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.

—Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron.

Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas. […] De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.” (Recinos, 1976).

Después de crear las montañas, es perceptible una sucesión en el proceso de la creación divina. Primero aparecen los animales, que no hablan. A raíz de esto “Cuando amaneciera debía aparecer el hombre”, quien tendría la misión de subsanar los defectos de los animales, sobre todo, el de mutismo y adquirir por tanto voz para cantar. Los dioses mayas no buscan en el hombre su “imagen y semejanza”, sino su cantor. La primera tentativa de crear el hombre la ejecutan con barro (agua y tierra, los dos elementos primordiales). Un diluvio o inundación deshizo a los hombres de barro, por lo que Tepeu y Gucumatz resuelven corregir su error importante y fabrican otros nuevos hombres, pero esta vez de madera. Aunque esta segunda creación humana resiste al agua, carece de voz y no puede cantar, es como un autómata. Además, los hombres de madera, por ser hombres imperfectos, se convierten en monos. Por lo cual los Creadores, que ya habían consultado con los progenitores, resuelven ejecutar un tercer ensayo. Crean al hombre de maíz: el sobreviviente de hoy. Sin embargo, como estos individuos poseían una visión extraordinaria y una sabiduría sin igual, los dioses decidieron disminuirles la vista y la inteligencia. De estos hombres y mujeres creados de maíz se constituyeron las familias que poblarían la tierra.

El proceso de crear en el Popol vuh hace hincapié en la necesidad de adorar a los creadores y por eso el ciclo de crear y destruir seres seguía.

En vista de esos datos, se puede percibir que el maíz ha jugado un papel muy importante en la cultura mayaquiché. De acuerdo a una pluralidad de investigadores, la importancia está dada ya que, el maíz era el epicentro del mundo maya. Constituía: la base de su alimentación diaria, la causa de sus grandes avances astronómicos y calendáricos, el motivo de su religiosidad y arquitectura, y el material con el que los dioses formaron sus huesos y sus músculos.

Ellos eran básicamente agricultores, dependían de la agricultura para su subsistencia, especialmente la agricultura aplicada al cultivo del maíz, y por eso el tiempo en sus diversas manifestaciones en el cambio de las estaciones, la entrada y salida de las lluvias revestían una importancia enorme para el maya. Su calendario, una de las conquistas más brillantes de la mente humana, se debió originalmente a esas necesidades: saber el tiempo preciso en que debían desmontar, rozar, sembrar y cosechar.

La misma religión maya fue concebida alrededor del cultivo y de las deidades que gobernaban su crecimiento: los dioses de la lluvia, los dioses del viento, los dioses del sol, y del crecimiento de la planta de maíz.

En suma, es lógico que en ese contexto en que toda su vida giraba a partir del maíz, los en la obra esté expuesta la creencia de que la mazorca de maíz fue uno de los elementos que intervinieron en la creación del mundo y de la vida.





















































































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