lunes, 27 de mayo de 2013

Múltiples dioses

Como en el conjunto de las sociedades mesoamericanas, la religión ocupó un lugar central dentro de la cultura maya e incidió en cada uno de los aspectos de su cotidianeidad, desde las actividades productivas en el campo hasta sus expresiones artísticas y lúdicas.

En términos estrictos, la religión maya se basaba en tres pilares fundamentales: el politeísmo (es decir la adoración de muchos dioses); el naturalismo ( las divinidades eran los elementos de la Naturaleza) y el dualismo ( la vida se regía por la lucha y la tensión de los opuestos: el bien y el mal, la vida y la muerte, los dioses benévolos y los dioses malévolos, etc.)
Toda la religiosidad parte de una cosmovisión particular, en la que los mayas creyeron ver la existencia de un Cosmos de trece cielos superpuestos, con la tierra ubicada bajo la capa inferior.
Cada uno de estos cielos era gobernado por una elite de trece divinidades, a quienes conocieron con el nombre de Oxlahuntikú.

Principales deidades mayas y sus cielos

Itzamná: a este dios le corresponde el reino de los cielos, y por lo tanto, del día y la noche. Aparece representadode manera reiterada en los códices o libros como un anciano sin dientes, de nariz aguileña y, ocasionalmente con barba.

Ixchel : esposa de Itzamná. Sus poderes se relacionaban con las inundaciones, el embarazo y el tejido. Se la representó generalmente como una anciana que vacía una jarra o un cántaro sobre la tierra, o bien tejiendo con un telar de cintura.

Chac:  era la dios de la lluvia. Suele aparecer con una especie de trompa y dos colmillos que salen de la boca. Por su relación con las precipitaciones, tenía una importancia especial en los ciclos agrícolas y por ello era venerado con predilección por los campesinos.

Ah Mun: dios del maíz. También conocido como Nal,Kan y Wakax Yol K'awil. Se lo representaba como un hombre joven que lucía una mazorca en la cabeza.

Yaluk : dios del rayo y del relámpago, con quien colaboraban Cakulha y Coyopa. Según la mitología , el primero ea un anciano que al principio quería liberar al maíz, el cual se hallaba debajo de una roca. Cakulha y Copoya trataron de sacarlo de allí, pero fue inútil, ya no pudieron siquiera mover la piedra. No obstante, el ruido que hicieron convocó a Yaluk, quien decició esta vez liberar la planta, que desde entonces se diseminó por la tierra. 
Finalmente, cada uno de los veinte días del mes tenía asignada su propia deidad, lo mismo que los diecinueve meses de su año.

Fuente: Colección "Grandes civilizaciones de la historia" diario Clarín.

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