lunes, 27 de mayo de 2013

Popol Vuh: Historia y Ficción de un objeto tensionado

Una posible lectura sobre el texto literario  “Popol Vuh o libro del consejo de los indios Quichés”, traducción de la versión francesa del Profesor Georges Raynaud, director de estudios sobre las religiones de la América Precolombina, en la casa de altos estudios de París, por los alumnos Miguel Ángel Asturias y J.M. González de Mendoza,edición publicada en el 2005.
Nos parece interesante incorporar la traducción a la que pertenece el texto trabajado para evidenciar una problemática que genera la opacidad del objeto literario, como objeto tensionado en el cruce inherente de las traducciones.
Según la crítica el manuscrito del siglo XVI, había permanecido oculto durante un siglo y medio hasta que Francisco Giménez, un cura de Santo Tomás Chuilá (población de Guatemala), lo encontró y lo tradujo. Esta traducción no era totalmente fiel, dado que el traductor no era indígena nativo, por lo que castellanizó algunos sonidos Ki-Ché y, además introdujo múltiples alteraciones al texto original que van desde la supresión de fragmentos como la selección del contenido y la forma discursiva desde dónde se lo cuenta, la búsqueda  final de la imposición de la cultura occidental.
Existe otra traducción al español que es la de Adrián Recinos, publicada en México en 1947 con el nombre de Popol Vuh y, otra traducción al francés realizada por el abate Charles Etienne Brasseur De Bourbourg quien llegó a Guatemala en 1855.
Ninguno de los tres textos goza de la fidelidad lograda por adrián Inés Chávez, un indio KI-CHE que reconstruyó el texto en su original grafía  logrando una de las traducciones más fieles al texto original. Trabajó con cuatro columnas, la primera colocó la traducción literal del padre Jimenez, en la segunda trnascribió el texto con los caracteres Ki-Ché, en la tercera tradujo vocablo por vocablo y en la cuarta ordenó la obra.
El problema lingüístico  fue planteado como una cuestión político- cultural por la corona española en América. Involucraba la implementación del castellano y la aniquilación de las lenguas aborígenes mediante el adoctrinamiento de los misioneros en el aprendizaje de la lengua de los indios para ejercer sus funciones  “evangelizadoras”. Ahora bien, es preciso tener en cuenta que el aprendizaje de la lengua con fines de catequesis fue uno de los instrumentos más eficaces de la penetración político- cultural. En consecuencia, los misioneros se cuidaron de reproducir o transcribir los mitos americanos y cuando lo hicieron se trataba de una difusión escasa ya que no les interesaba las tradiciones autóctonas de los indios, sino que intentaban reemplazar las “supersticiones indígenas” por los principios de la “religión verdadera”: 

“Ahora diremos también el nombre del padre de Hunahpú e Ixbalanqué. Dejaremos en la sombra su origen, y la historia del nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Solo diremos la mitad, una parte solamente de la historia de su padre (…)”1
Fue Adrián Inés Chávez quien tuvo la intención de “descolonizar” el texto del Popol Vuh. En primer lugar, rectificó el paratexto como POP WUJ que significa libro del tiempo o libro de los acontecimientos. También eliminó la división en partes y capítulos, a la vez que demostró la inexactitud de ciertos temas referidos a la mitología por ejemplo, en las versiones españolas se habla de dioses gemelos y Chávez demostró que se trataba de un mismo dios denominado por su nombre y su atributo caracterizador.
Finalmente, si bien el “Popol Vuh” es un texto que pendula entre historia y literatura, no podemos dejar recepcionarlo como literario ,desde un sistema actual, por el trabajo realizado con el lenguaje en la utilización de diferentes figuras retóricas (enumeraciones, descripciones, comparaciones, etc.) y la incorporación de la cosmovisión mítica indígena, desde donde se interpreta la realidad cotidiana en términos de un mito subyacente, lo cual nos lleva a pensar en un texto que no puede dejar de despegarse de su referente inmediato “la realidad”, dado que  en esas sociedades la cosmovisión mítica era la realidad cotidiana. Elemento narrativo latinoamericano que luego es retomado por M. A. Asturias y lo adereza con la carga explosiva que tiene la palabra mítica de los indios:
“…penetrando en la raíz de la cultura maya- quiché, pone en evidencia el valor mágico que tiene el verbo en esa civilización, transformador de todas las cosas. Y transponiéndola al plano de la creación literaria, exalta el poder del lenguaje, de una lengua que no obedece sino a sus propias leyes. Es la creación por y en la palabra."2
Notas de páginas.
1    Popol Vuh . Anónimo. Editorial Losada, Bs As, 2005. Pág 31. 
     Rubén Bareiro Saguier “Encuentro de culturas” en  Fernandez Moreno (1998) “América Latina en su Literatura”. Ed. SXXI. Madrid.
      Autora: Vanina Monzón

 

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